5 consejos para estabilizar el peso tras los abusos del verano
Llega septiembre, y comienzan los remordimientos por tener unos kilos de más gracias a los abusos del verano. Aunque algunos pacientes intentan recuperar su peso tras el periodo vacacional, muchos terminan abandonando al no ver resultados inmediatos.
Por este motivo, es importante tener paciencia, recuperar los hábitos saludables y, lo más importante, saber a qué profesionales acudir para que puedan ayudarles a recuperar su estado de salud y bajar el peso ganado durante las vacaciones.
En el siguiente artículo, comentaré 5 consejos para ayudar a estabilizar el peso ganado tras los abusos del verano:
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Deja atrás los abusos del verano
Ten en cuenta que si deseas volver a tu peso habitual, lo principal que debes hacer es volver a tu estilo de vida que tenías antes de las vacaciones. Poco a poco, tendrás que dejar atrás las comidas sociales donde abundan los alimentos menos saludables.
Esto no significa que no puedas sociabilizar, ni que tengas que dejar de salir a cenar fuera de casa. Simplemente se trata de hacerlo con menos frecuencia, elegir restaurantes donde ofrezcan opciones saludables, y no realizar ingestas abusivas.
Por ejemplo, puedes invitar a tus amigos o familiares a casa, de forma que tú controlas lo que cocinas. Te recomiendo visitar el apartado de platos y recetas saludables de nuestra página web.
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Come comida, evita los procesados
Para reducir los kilos que has ganado por los abusos del verano, es imprescindible que tu alimentación esté basada en materias primas, y que evites en lo máximo posible los procesados.
Por tanto, tus comidas y cenas tienen que estar compuestas principalmente por verduras, hortalizas, legumbres, tubéculos, arroz y pasta integrales, huevo, carne y pescados sin procesar. En cuanto al desayuno y merienda, pueden estar compuestos principalmente por fruta, yogur natural, leche o bebidas vegetales, queso, frutos secos tostados o crudos, tostadas integrales, aceite de oliva virgen…
Los procesados a evitar serían la bollería o dulces, galletas, cereales de desayuno, zumos comerciales, yogures o postres lácteos azucarados, snacks salados, embutidos, salchichas, surimi, mermeladas, etc.
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Organiza la lista de la compra
Si tienes una buena organización a la hora de ir a comprar, evitarás las tentaciones por aquellos productos menos saludables. Las estanterías de los supermercados están abarrotadas de productos que son atractivos para el paladar, pero que van a ponerte más difícil bajar de peso tras los abusos del verano. Por ello, evita los pasillos de las galletas y snacks, y mejor dirígete directamente hacia los alimentos que tienes en tu lista.
Un buen consejo, es acudir más a los mercados o la verdulería/pescadería/carnicería del barrio, e ir menos a los super e hipermercados. De esta forma, nos aseguramos de comprar únicamente las materias primas, y evitaremos en gran medida los productos procesados más presentes en las grandes superficies.
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Cocina de forma ligera y sencilla
Los platos muy elaborados, en los que se utilizan grandes cantidades de aceite, sal, rebozados o diferentes tipos de grasa, van a dificultar el objetivo de estabilizar el peso tras los abusos del verano.
Por este motivo, es mejor decantarse por elaboraciones más ligeras, como por ejemplo la utilización de la plancha, el horno, el microondas, la olla presión… y realizar cocciones al vapor, papillote, hervido o al grill.
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Bebe agua, y evita los refrescos, zumos y el alcohol
Para calmar la sed, debemos beber agua en nuestro día a día. El resto de bebidas como los refrescos, zumos, bebidas lácteas azucaradas, batidos, etc. no deben estar presentes en nuestra alimentación de forma habitual, ya que contienen grandes cantidades de azúcares añadidos.
Al ingerir estas bebidas, estamos tomando las llamadas «calorías vacías», ya que aportamos al cuerpo gran cantidad de calorías en poco tiempo, sin recibir a cambio nutrientes interesantes para el organismo. De forma que si los consumimos, seguiremos aumentando el peso tras los abusos del verano.
Aunque decidamos tomar estas bebidas en sus versiones «light» o sin azúcares añadidos, siguen siendo una peor opción que el agua, porque aportan grandes cantidades de edulcorantes, que acostumbrarán a nuestro paladar a sabores muy dulces, lo que hará que dependamos más adelante de la ingesta de alimentos dulces. En el siguiente artículo podrán conocer otros perjuicios de este tipo de bebidas.