La Obesidad y la Presión Social
Vivimos en un mundo dónde prima la apariencia exterior. La presión social se puede observar en la publicidad, dónde continuamente nos están bombardeando con mensajes sobre la necesidad de ser perfectos, de no tener arrugas, celulitis, cartucheras, pecho caído, canas, estrías y así un largo etcétera. El mensaje que hay de fondo es que si no eres perfecto/a no eres válido, no estás bien. Veamos cómo influye esto en la preparación para una operación de Bypass Gástrico.
La presión social nos crea continuamente una necesidad para que nosotros consumamos y adquiramos ciertos productos. Por lo tanto comenzamos una lucha contra esos “defectos”, esas partes nuestras que supuestamente no están “bien” y nos hacen sentirnos inferiores al resto.
La obesidad y el sobrepeso se enmarcan dentro de estos grandes defectos con los que hemos de luchar para ser felices y sentirnos a gusto con nosotros mismos. Existe por tanto una gran corriente ANTI sobrepeso y ANTI obesidad. El tener “unos kilos de más” es asociado a numerosas creencias seriamente devastadoras (ser feo y poco atractivo, no tener fuerza de voluntad, ser “asqueroso”, no tener éxito en la vida…). De tal manera que las personas con sobrepeso u obesidad, e incluso numerosas personas con normopeso, tienden a “odiarse” a sí mismas y a buscar adelgazar a cualquier precio; comenzado así una serie de dietas estrictas y maltratos varios que no hacen más que agravar el problema.
Intentar cambiarse a sí mismo, desde el “odio a uno mismo”, desde el no aceptarse e incluso la repulsión a uno mismo es realmente complicado. Se da una presión tan fuerte, la persona se siente con una gran carga y realizando un gran esfuerzo. Este estado de tensión es soportable durante un tiempo, hasta que llega un momento en el que la persona no aguanta más, bien porque llegan fiestas, celebraciones o bien porque surge un estrés importante en la vida de la persona. Entonces la persona comienza a abandonarse a sí misma, a dejar de preocuparse de sí misma, agotada del gran esfuerzo realizado. Así empieza a engordar de nuevo, muchas veces supera el peso inicial, y de nuevo, la presión social y sobre todo, la interna, vuelve a subir, incrementándose el sentimiento de malestar y odio a uno mismo.
Rompiendo el Ciclo de la presión social
Primeramente hemos de aceptar que somos como somos, que tenemos el cuerpo que tenemos y que NO somos PERFECTOS, y aceptarnos y querernos a pesar de no ser perfectos. Así nos hemos de plantear porque deseamos adelgazar y para qué y sobre todo que hay detrás de nuestra obesidad y cuales son nuestros hábitos que la están fomentando. Para estos dos últimos puntos sería casi imprescindible la presencia de un psicólogo y nutricionista, que nos ayudaran a explorarnos y mirar la realidad de otra manera.
También hemos de cuestionar los valores de esta sociedad, de la presión social, rebelarnos contra las creencias e ideas que nos parecen injustas y devastadoras. Existen muchos hombres y mujeres con obesidad y sobrepeso que han tenido éxito, que son felices, que tienen relaciones de pareja y amistades consolidadas; que se quieres y valoran a sí mismos. Hemos de ser conscientes que esta obsesión por la delgadez solo se produce en la Sociedad Occidental desde hace pocas décadas (antes la obesidad era vista signo de riqueza, abundancia,…).
Si por motivos de salud y de sentirnos más ligeros, decidimos tomar medidas para perder peso, hemos de ser conscientes de que cualquier solución en la que nos presionemos en exceso, nos exijamos mucho y hagamos un esfuerzo desmedido, tarde o temprano tendrá un efecto rebote considerable.
Por todo ello, un buen conocimiento nutricional y de los factores psicológicos que afectan a nuestra alimentación se convierten en ejes fundamentales para asegurar una buena bajada de peso, e incrementar enormemente las posibilidades de éxito a medio y largo plazo.