Factores psicológicos que mantienen la obesidad
Hoy en día la obesidad se reconoce como una pandemia que subyace a una variedad de problemas de salud y tiene un impacto negativo en múltiples aspectos de la calidad de vida, incluyendo la salud física, mental y emocional, las relaciones sociales, así como el desarrollo personal y laboral.
¿Has sentido alguna vez que has comido más de lo que realmente deseabas?
Hay diferentes motivos que pueden llevarte a consumir más alimentos de los que tu cuerpo necesita, incluso cuando eres consciente de que este comportamiento acabará, antes o después, en un aumento de peso perjudicial para tu salud y apariencia física. Muchas personas, ya sea durante un régimen dietético o después de haberlo finalizado, experimentan ansiedad o depresión. Para lidiar con estos sentimientos, a menudo vuelven a sus antiguos hábitos alimenticios, lo que conduce a la reganancia del peso perdido e incluso muchas veces provoca el famoso efecto rebote de las dietas restrictivas.
Como bien es sabido, hay ciertos síntomas psicológicos como la ansiedad, el estrés, la tristeza, la euforia, y ciertos trastornos psicológicos como los trastornos de la conducta alimentaria, trastorno depresivo o trastornos del sueño, que pueden afectar al apetito, ya sea aumentándolo o disminuyéndolo. Sin embargo, también hay otros factores o motivos menos conocidos que también nos llevan a comer más de lo que realmente nuestro cuerpo necesita:
El valor simbólico de los alimentos.
Muchos alimentos, además de propiedades nutricionales, tienen un valor simbólico y emocional debido a su asociación con recuerdos, situaciones, personas o etapas de la vida. Por ejemplo, los cumpleaños están asociados a una tarta o un dulce o una boda está asociada a una buena comilona.
La obesidad como forma de evitar situaciones deseables.
Las personas tendemos a perseguir e intentar conseguir aquellas cosas o situaciones que por alguna razón nos resultan gratificantes. Pero muchas veces que ocurra una situación deseada va unida a otra que no es tan agradable, en este caso la obesidad sirve como excusa para no lograr aquello que se desea, por lo que los kilos de más no es la causa de las limitaciones si no una excusa para no hacer aquello que se haría de no tenerlos.
Desequilibrio entre satisfacciones e insatisfacciones.
La estabilidad psicológica requiere un equilibrio entre satisfacciones e insatisfacciones. Cuando las frustraciones predominan de manera constante, las personas buscamos restaurar el equilibrio para mantener la salud mental. Algunas personas recurren regularmente a la comida como una forma de compensar insatisfacciones permanentes en algún área de su vida: trabajo, familia, pareja, amistades, entretenimientos…
Comer como mecanismo evasivo.
La comida, para algunas personas, es una vía de escape para no pensar en los diferentes problemas que tienen y el malestar que le provocan. Utilizan ciertos alimentos como una estrategia de evasión, dejando los problemas “en espera” en lugar de enfrentarse a ellos.
La multicausalidad de la obesidad
Como hemos visto, la etiología de la obesidad es multicausal. La génesis de la obesidad no se atribuye principalmente a una causa psicológica concreta, sino más bien a la interacción de ciertas características psicológicas que interactúan con otros factores, tales como la herencia genética, la falta de actividad física, los hábitos alimenticios e incluso algunas enfermedades y tratamientos farmacológicos asociados a las mismas.
Por lo tanto, es de gran importancia abordar el problema de la obesidad bajo un enfoque multidisciplinar, que involucre a profesionales médicos, nutricionistas y psicólogos. Estos últimos trabajaran con variables cognitivas (creencias), variables afectivas (manejo de estados emocionales desagradables) y variables ambientales (costumbres, hábitos familiares, ocio, entre otros), para comprender y trabajar en la singularidad del problema de la obesidad en cada persona.
Bibliografía
Cuevas, A. y Ryan, D. (2022). Obesidad. La Otra Pandemia del Siglo XXI. Festina Lente Ediciones.