Pautas para afrontar los excesos alimentarios del verano
Los excesos alimentarios del verano son una de las preocupaciones que tenemos tras volver de nuevo a la rutina del día a día. Nos damos cuenta de que físicamente hemos engordado y que nuestros hábitos han empeorada sustancialmente. A continuación, comentamos algunas líneas para afrontar de manera exitosa estos excesos alimentarios.
Asuma su responsabilidad sin culparse de los excesos alimentarios
La culpa es una de las emociones que nos acompañan cuando percibimos que hemos hecho algo “mal”. Nos castigamos a nosotros y de alguna manera nos hunde y desanima porque no nos hemos sentido capaces de hacer las cosas “bien”. Por ello, no es útil, ya que lleva más al fracaso que al éxito. Así pues, para afrontar los excesos alimentarios del verano recomendamos asumir la propia responsabilidad sin poner excusas: “Es cierto, no me he cuidado suficiente, ha sido mi responsabilidad, de nadie ni nada más”. Adopte una actitud proactiva y adulta, hágase cargo y actúe en consecuencia, sin castigarse ni juzgarse, sin tratarse mal.
Observe lo ocurrido sin juzgarse
Una vez tenemos una buena actitud, un paso importante es observar que ha pasado este verano para haber tenido estos excesos: “me confié demasiado”, “le quité importancia a la alimentación”, “me dejé llevar por los demás”, “me aburrí tanto que comí de más” … Se trata de observar sin culparse lo que ha pasado. La finalidad es intentar que no vuelva a ocurrir, o que ocurra de una manera más moderada. Si conoce lo que ha pasado, podrá establecer planes de actuación para futuras ocasiones y prevenir que el círculo del descuido alimentario se haga cada vez menor.
Motívese para comenzar pautas nuevas desde el cuidado
Es importante que contacte con su motivación real para querer un cambio. No se obligue ni fuerce a nada sin estar realmente convencido ni motivado de querer cuidarse de verdad. De lo contrario, se acabará rebelando y cansando de las pautas que pueda haber autoimpuesto a sí mismo. Para afrontar los excesos alimentarios y establecer una rutina déjese sentir que quiere hacer con su vida, con su cuerpo, con su alimentación: ¿Quiere cuidarse y sentirse bien consigo mismo tanto por dentro como por fuera? ¿Quiere comer más saludable y sabroso? ¿Quiere de verdad tener una vida activa?…
Evite dietas excesivamente restrictivas y monótonas
Si tras los excesos alimentarios del verano, se obliga a hacer una dieta estricta, ejercicio desmesurado. Si se fuerza en exceso con unos hábitos que no podrá mantener con el paso del tiempo, el fracaso está asegurado. Un exceso de control con el tiempo se convierte en un factor determinante del descontrol alimentario y de la dejadez. Piense que usted no es «una máquina», necesita disfrutar de lo que come, descansar, comer variado, salir y quedar con gente, etc. Si no atiende a estas necesidades, es muy probable que con el tiempo se acabe cansando, agobiando… y entonces el efecto rebote está servido.
Una vida activa y una alimentación sana y variada es su mejor aliado
La única manera de ir poco a poco contrarrestrando los efectos negativos de los excesos alimentarios del verano es retomando o incorporando unos hábitos saludables y estables en lo que se refiere a la alimentación, y el ejercicio. Pero también en tener momentos de disfrute, de intimidad, de descanso, de disfrutar de la vida. Ha de estar a gusto con su vida, con lo que come, con su cuerpo. Comer variado, que la comida que coma le guste y sacie. Y no pasar hambre con dietas aburridas o hipocalóricas, que muchas veces no hacen más que ralentizar el metabolismo y otras suponen cambios que no puede mantener con el tiempo. Es decir, deje de pensar en dietas esporádicas para adelgazar y focalícese en instaurar hábitos que le lleven a vivir mejor, de manera más sana y saludable, está es la clave.