La operación de tubo gástrico es un nuevo procedimiento para combatir la obesidad, casi tan eficaz como el bypass gástrico pero sin los inconvenientes de la malabsorción.

No es necesario tomar vitaminas de por vida, y con un menor riesgo operatorio.

La operación se realiza por laparoscopia, y se trata de disminuir el tamaño del estómago, quitando el bolsón que le permite al paciente comer grandes cantidades, y respeta las partes nobles o importantes del estómago; la válcula de entrada, el proceso digestivo, la válvula de salida.

El estómago funciona como siempre, pero con una capacidad de salida de 100 a 150 centímetros cúbicos, equivalente a medio plato llano.

Además, se produce un efecto endocrino metabólico añadido, ya que al quitar el estómago remanente se produce una fuerte disminución de la ghrelina, que es una hormona que regula el apetito, y con ello se consigue un excelente control sobre el hambre exagerado y del ansia por comer.

Los pacientes cambian su forma de comer y su relación emocional con los alimentos.

esta operación tiene menos riesgo por el hecho de que no se realizan uniones entre intestinos distintos.

Conseguimos un cierre completamente estanco del estómago, gracias a la utilización de sistemas automáticos que seccionan y sellan a la vez, mediante 3 lineas de pequeñas grapas de titanio y una cuarta línea realizada a mano con puntos irreabsorbibles.

Finalmente se realiza una prueba de estanqueidad para comprobación.

La pérdida de peso de nuestros pacientes intervenidos con esta técnica es del 71% del exceso de peso y se produce entre los primeros 6 y 11 meses tras la operación.

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